"Soneto de Otoño" de Charles Baudelaire
Me preguntan tus ojos, claros como el cristal:
“¿qué mérito has podido encontrar en mí, amado?”
Sé encantadora y calla. Mi corazón hastiado
necesita del simple candor casi animal.
No quiere descubrirte su secreto infernal,
mano acariciadora que al largo sueño invita,
ni a su legra leyenda que está con fuego escrita.
Ya temo a la pasión y el esprit me hace mal.
Amémonos en calma. Que amor en su garita,
tenebroso, emboscado, tiende el arco fatal.
Conozco los recursos de su viejo arsenal:
crimen, horror, locura. ¡Rosa que se marchita!,
¿no eres tú, como yo, también sol otoñal,
oh mi blanca, mi tierna, mi fría margarita?
“¿qué mérito has podido encontrar en mí, amado?”
Sé encantadora y calla. Mi corazón hastiado
necesita del simple candor casi animal.
No quiere descubrirte su secreto infernal,
mano acariciadora que al largo sueño invita,
ni a su legra leyenda que está con fuego escrita.
Ya temo a la pasión y el esprit me hace mal.
Amémonos en calma. Que amor en su garita,
tenebroso, emboscado, tiende el arco fatal.
Conozco los recursos de su viejo arsenal:
crimen, horror, locura. ¡Rosa que se marchita!,
¿no eres tú, como yo, también sol otoñal,
oh mi blanca, mi tierna, mi fría margarita?
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