septiembre 10, 2005

El Sueño de la Razón produce Gilipollas

Parafraseo a la parodia de cierta persona insigne tomando una de sus frases más insiparadas (y qué razón tiene, el hombre) como título de esta verborrea burbujeante que en sustitución del valium, usaré para desahogarme. Y es que esta ha sido una semana de acojone.

Hacía tiempo, pero tiempo que nunca me encontraba con una combinación tal de egocentrismo, egolatría, mentiras, falsedad, falta de empatía y frases gloriosas donde las halla. Yo me pregunto qué cojones le importará a una mujer que no me dice dos frases seguidas desde hace cuatro meses si quiero o no quiero ligar, o qué narices les digo a las chicas que me presentan. Y podría decir más, como esa frase gloriosa sobre qué tenía y no tenía que hacer, cuando ella no me conoce fuera del café donde suelo acudir a jugar a rol más que de verme un par de veces de noche así un poco de destrangis.

Es como esa gloriosa frase donde eres una persona encantadora y maravillosa y como te quieren pero luego pierden tu teléfono, y te ven como doce veces por el msn y ni hola te dicen, y cuando tu saludas por la calle ponen esa sonrisa de presentadora de televenta y saltan con esa frase maravillosa de... "uy, perdí tu teléfono, perdona... Dámelo y te llamo mañana ¿si?" Y nunca más se supo. Au revoire, mon cher... Zorra.

Luego uno se ve rodeado de conans y ulises y herodotos, y de "dartañanes" y yakichanes que salen de debajo de las piedras. Para que luego digan que el hombre es mediocre y que el hombre del renacimiento fué el epítome del ser humano. Y una mierda. Leonardo da Vinci, al lado de alguno de estos, un aficionado. Se lo digo yo. Y es que a veces asusta a dónde llega el orgullo humano. Bueno, en realidad deberia asustar pero la verdad es que ya, uno ha visto tantas cosas, que eso le parece algo normal.

Y es que me he acostumbrado a la rutina de que uno ya no puede, ¡ingenuo de mí!, salir con la esperanza de desconectar y relajarse en cualquier chorrada banal que se salga del elevadísimo nivel psicocultural que inunda la vida del español de a pie con el que suelo compartir mis días sin que tenga que haber un concurso de puñales, nos dediquemos a poner verde al que se va al baño y aquí hasta cualquier zorra suburbana se vuelva Erasmo de Rotterdam. O lo pretenda, que tal como va el mundo, por lo visto es lo mismo.

Y luego, tú, mi musa, te preguntas qué he visto en tí...

4 Comments:

Blogger Doctor Alemán said...

Deberías dejar de visitar foros plagados de héroes posmodernos y centrarte más en el poder que te confiere la misomanía. En poco tiempo podrás convertirte en super saiyan y volatilizar de un glorioso kame-hame-ha a cualquier tarado.

Y, bueno, genial lo del circo mediático de la gente que olvida a otra gente. Aunque supongo que todos somos culpables y yo no tiraré la piedra, porque lo mismo he hecho con muchas personas.

La humanidad, gran fuente de dinero vía psicoterapia :)

6:27 p. m., septiembre 10, 2005  
Blogger La Maladie de la Raison said...

La humanidad, gran fuente de trabajo vía puñoterapia.

6:29 p. m., septiembre 10, 2005  
Anonymous Anónimo said...

“Odiosos los que demuestran su soberbia, porque el reino de la vanidad les pertenece."
"Odiosos los que están irascibles porque nadie los entenderá."
"Odiosos los intransigentes, porque recibirán la incomprensión de los demás."
"Odiosos los que anhelan hacerse con el poder, porque el mundo hará que se cumplan su pesadillas."
"Odiosos los agresivos, porque nadie tendrá compasión de ellos."
"Odiosos los de corazón oscuro, porque se verán sumergidos en la oscuridad."
"Odiosos los que procuran la crueldad entre los hombres, porque no se les llamará."
"Odiosos los que persiguen por hacer lo correcto, porque ellos serán apaleados."

"Dichosos ustedes, cuando rodeados de gente odiosa que les maltrate, sepan todavía donde está la verdad."


P.D. Con mis mejores deseos

1:41 p. m., septiembre 15, 2005  
Blogger Doctor Alemán said...

Ante lo cual sólo puedo añadir: me molo mucho. ¿Es la masturbación mental pecado? La practico a todas horas :D

3:41 p. m., septiembre 15, 2005  

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