noviembre 21, 2005

Días de gris


Hace unos días mi vida se vió inmersa de repente en un torbellino de surrealismo emocional sin comerlo ni beberlo. Así, de repente, pluf y apareció como el conejo de la chistera del mago. Y así, día tras día desde esa fatídica semana castellana, hasta el punto de que no se si es que se abre una nueva etapa en mi vida (en la que pasamos de ser jardinero de rosas a sufrir los vaivenes de un surrealismo emocional que no entiendo), o es que por fin he perdido el juicio. Aunque la verdad, es que ahora, en caliente aún el último cuchillo que me atraviesa de parte a parte, pienso que de un surrealismo emocional hemos pasado a lo épico-decadente de la situación.

Hay que joderse. Son días de gris, donde todo parece ir al revés, salir torcido. Donde la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla y cuando por fin has conseguido que en lugar de un vaso medio lleno o medio vacío no haya vaso, te clavas en el pie un fragmento del puto vaso. Ya no entiendo nada, es como si la vida se burlara de mí. "Ruinas, no ves que por dentro estoy en ruinas, mi cigarro va quemando el tiempo, tiempo que se convirtió en cenizas. Raro, no digo diferente digo raro, ya no sé si el mundo está al revés, o soy yo el que está cabeza abajo."

Me gustaría saber a qué Dios le he hecho la puñeta para tener que aguantar esto. ¿No hay manera de poder escapar de esos surrealistas días de gris?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Si que estamos bien... No solo son días grises para ti...
Cuidate mucho y anímate, que esos palos no pueden derrumbar al Ibón que yo conozco.
Un besito desde la distancia :****

9:52 p. m., noviembre 21, 2005  

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