enero 01, 2006

Reflexiones en el cuarto oscuro

Los rasgados pedazos blancos de lo que fue un folio lleno de versos aún están frente a mí mientras escribo esto, con el sentimiento frustrante de que ni una triste cuarteta podría salir de mi pluma. He apagado la luz y sólo el tenue resplandor que emana de la pantalla del ordenador (al que le he proporcionado media hora de vida) ilumina mi cuarto. En la minicadena suena una canción japonesa de aroma zen y me pregunto quién será la cantante, tiene una voz preciosa.

Ni siquiera un maldito verso en condiciones sale de mi mano desde hace un tiempo y empiezo a temer que mi talento poético se haya acabado. Pluf. ¿Es posible que con diecinueve años ya no sea capaz de hacer de calidad? ¿Es posible que mi máximo apogeo en lo poético haya sido a los 16 años? Sólo de pensar eso me deprimo. Normalmente esos sentimientos eran alimento para la inspiración, y ahora me devano los sesos en vano mientras la muy guarra estará revolcándose con cualquier otro.

Mis sentimientos también están como ese folio blanco, rasgados y confusos en un montón condenado a irse a la papelera. Debería sentirme bien: es Navidad, he vuelto a ver a ciertas personas, me reúno con la familia, étc. Pero no, me siento fuera de lugar, bajo de ánimo y sin el impulso de hacer nada. Mi sonrisa es más falsa, y mi mirada vuela incierta sin atreverse a mirar a nadie a los ojos de la forma en que suele hacerlo. Ni un soneto, un breve madrigal, un intento de nocturno… Nada, la poesía ha muerto en mis manos. Sé que saldré a la calle y seguiré haciéndome preguntas y dándole vuelvas y vuelvas a estúpidas reflexiones mentales. Debería encerrarme aquí, en el cuarto oscuro y no volver a salir al arisco exterior. Lo que no conoces no puede asustarte.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No te obsesiones...
Yo tuve una temporada de escribir mucha poesía (aunque no se pueda comparar con la tuya) y últimamente no puedo rimar 2 frases; solo se escribir cursilerías que luego ni yo misma me siento identificada...
En fin, que todo llega y todo pasa, pero estas cosas vuelven, supongo.. Está ahí, solo ha de pasar algo que realmente le ponga de nuevo melodía a tu vida :)

5:09 p. m., enero 01, 2006  
Blogger La Maladie de la Raison said...

"Ojalá pudiera oír esa melodía que sale de tu corazón." No te digo que no, pero es que llevamos una racha donde parece que no consigo escribir nada que no sea un texto agresivo y oscuro donde no puedo hacer nada más que despotricar contra todo hijo de Dios.

Inspiración es una guarra.

4:32 p. m., enero 02, 2006  

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