Razones para un final: el ocaso.
Hasta la inmensidad acaba teniendo límites. Hasta los sueños acaban evolucionando y toda tormenta, finalmente, se detiene. Creo que puedo dar por cerrado un ciclo, puesto que a fin de cuentas, las razones por las que abrí La Maladie de la Raison han pasado, lentamente, a un segundo plano. Por tanto, voy a cerrar éste blog, no más maladie, cerramos el ciclo, terminamos de forjar el círculo.
No voy a cerrarlo hoy: aún quedarán algunas entradas que escribir, antes de dar por concluído el vuelo del ángel de grandes alas de cadenas. Y una vez termine, podremos dar punto y final a esta andadura que empezó con Odio en Mayo de 2005. Por supuesto, no pienso cerrar ni las Crónicas del Odio, ni El Cancionero ni tampoco Días de Viento y Agua. Ni pienso desaparecer eliminando mi blog principal: sólo cambiamos de ciclo, y volveré en otro espacio virtual.
No es un final, sólo es un cambio.
No voy a cerrarlo hoy: aún quedarán algunas entradas que escribir, antes de dar por concluído el vuelo del ángel de grandes alas de cadenas. Y una vez termine, podremos dar punto y final a esta andadura que empezó con Odio en Mayo de 2005. Por supuesto, no pienso cerrar ni las Crónicas del Odio, ni El Cancionero ni tampoco Días de Viento y Agua. Ni pienso desaparecer eliminando mi blog principal: sólo cambiamos de ciclo, y volveré en otro espacio virtual.
No es un final, sólo es un cambio.
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