octubre 05, 2005

Diecinueve

Hoy es mi cumpleaños. 5 de Octubre. Me voy haciendo mayor, ya son 19 años. Es una cifra ridícula. Ni eres el recién llegado a la mayoría de edad, ni estás en la veintena. Pero tiene también algo de místico. Es el limbo. Aprendes que en el mundo hay responsabilidades, paladeas las ventajas de ir haciéndote mayor y de cuando en cuando sientes nostalgia de ser un chaval de doce años jugando en el patio de colegio. Y suena bien. Hola, soy Zutano y tengo diecinueve años. Suena a guay. También suena a que me siento viejo.

Y se preguntarán que porqué digo eso. Realmente, tras haber salido este fin de semana he comprobado que la juventud es altamente precoz. Manadas de niños y niñas de doce a catorce años recorrían las calles de vinos entre minifaldas, perfumes, brazales de pinchos y copas de garrafón. Impresionante. Cuando empecé a ver gente de dieciséis con más alcohol encima de lo que yo había trasegado el último mes me sentí raro. Una hora más tarde llevaba demasiadas canciones encima para preocuparme del circo de zorrillas suburbanas que me rodeaba. Acojonante.

Y aquí me tienen, escribiendo esto al ritmo de Pink Floyd, encadenado frente al ordenador tomando de cuando en cuando bocaditos de pan tostado con queso de untar con perejil y ajo, uno de esos grandes inventos de la industria alimenticia que no alimentan nada, engordan mucho, pero están de vicio. Cuando postee esto en mi blog estos bocaditos ya serán parte de mi estructura corporal y recordaré que debo ir al gimnasio. Pink Floyd. Estoy desfasado. ¿No debería estar escuchando algo de Marlango, Eminem u OT? ¿Qué tienes ahí? ¿Héroes del Silencio? ¿Duncan Dhu? ¿TRANSVISION VAMP? Estoy fuera de mi época. Anciano postmoderno, eso es lo que eres.

Ah, hacerse mayor... Qué placer.