septiembre 10, 2005

Dedicatoria

SERPIENTE CON TACON

Vete ya, prefiero sexo duro a ese amor de pastel
Y a la sonrisa falsa que me sueles vender
Delante de la gente en fiestas de ocasión

Vete ya, no soy la marioneta que quieres controlar,
Que por nada del mundo tú me vas a amargar,
Ni a hacerme primo hermano de la depresión.

Cuéntame, cómo te va la vida amando por interés,
Sacándole al más zorro un traje de cacharel,
Como esa funalita de televisión,
Chupando cámara, qué excitación, Nena qué pena me das.

Por mí se te pasó el arroz, amor, cariño, corazón,
Princesa malcriada, te has pasado de lista,
Date media vuelta y sal fuera de mi vista, anda y ve con Dios.

Por mí se te pasó el arroz, amor, serpiente con tacón,
Bombón envenenado con escote a la vista,
Date media vuelta y sal fuera de mi vista, anda y ve con Dios.
Lárgate, prefiero estar a solas, que impotente a tus pies
No pienso arrodillarme a tu avaricia, tu sed, ni a los cutres desfiles de la frustración,

Vete ya, ponte la minifalda y vete a picardear,
Que a más de un gilipollas le podrás demostrar,
Que tú eres la más golfa de la promoción
Chupando cámara, qué excitación,
Nena que pena me das.

Por mí se te pasó el arroz, amor, cariño, corazón,
Princesa malcriada, te has pasado de lista,
Date media vuelta y sal fuera de mi vista, anda y ve con Dios.

Por mí se te pasó el arroz, amor, serpiente con tacón,
Bombón envenenado con escote a la vista,
Date media vuelta y sal fuera de mi vista, anda y ve con Dios.

Por mí se te pasó el arroz, amor, cariño, corazón,
Princesa malcriada, te has pasado de lista,
Date media vuelta y sal fuera de mi vista, anda y ve con Dios.

Por mí se te pasó el arroz, amor, serpiente con tacón,
Bombón envenenado con escote a la vista,
Date media vuelta y sal fuera de mi vista, anda y ve con Dios.

Por mí se te pasó el arroz, amor,
Princesa malcriada
Date media vuelta y sal fuera de mi vista, anda y ve con Dios.

Por mí se te pasó el arroz, amor, serpiente con tacón,
Bombón envenenado con escote a la vista,
Date media vuelta y sal fuera de mi vista, anda y ve con Dios.

El Sueño de la Razón produce Gilipollas

Parafraseo a la parodia de cierta persona insigne tomando una de sus frases más insiparadas (y qué razón tiene, el hombre) como título de esta verborrea burbujeante que en sustitución del valium, usaré para desahogarme. Y es que esta ha sido una semana de acojone.

Hacía tiempo, pero tiempo que nunca me encontraba con una combinación tal de egocentrismo, egolatría, mentiras, falsedad, falta de empatía y frases gloriosas donde las halla. Yo me pregunto qué cojones le importará a una mujer que no me dice dos frases seguidas desde hace cuatro meses si quiero o no quiero ligar, o qué narices les digo a las chicas que me presentan. Y podría decir más, como esa frase gloriosa sobre qué tenía y no tenía que hacer, cuando ella no me conoce fuera del café donde suelo acudir a jugar a rol más que de verme un par de veces de noche así un poco de destrangis.

Es como esa gloriosa frase donde eres una persona encantadora y maravillosa y como te quieren pero luego pierden tu teléfono, y te ven como doce veces por el msn y ni hola te dicen, y cuando tu saludas por la calle ponen esa sonrisa de presentadora de televenta y saltan con esa frase maravillosa de... "uy, perdí tu teléfono, perdona... Dámelo y te llamo mañana ¿si?" Y nunca más se supo. Au revoire, mon cher... Zorra.

Luego uno se ve rodeado de conans y ulises y herodotos, y de "dartañanes" y yakichanes que salen de debajo de las piedras. Para que luego digan que el hombre es mediocre y que el hombre del renacimiento fué el epítome del ser humano. Y una mierda. Leonardo da Vinci, al lado de alguno de estos, un aficionado. Se lo digo yo. Y es que a veces asusta a dónde llega el orgullo humano. Bueno, en realidad deberia asustar pero la verdad es que ya, uno ha visto tantas cosas, que eso le parece algo normal.

Y es que me he acostumbrado a la rutina de que uno ya no puede, ¡ingenuo de mí!, salir con la esperanza de desconectar y relajarse en cualquier chorrada banal que se salga del elevadísimo nivel psicocultural que inunda la vida del español de a pie con el que suelo compartir mis días sin que tenga que haber un concurso de puñales, nos dediquemos a poner verde al que se va al baño y aquí hasta cualquier zorra suburbana se vuelva Erasmo de Rotterdam. O lo pretenda, que tal como va el mundo, por lo visto es lo mismo.

Y luego, tú, mi musa, te preguntas qué he visto en tí...