Mallorca Rhapsody

Inmensa trampa cazaguiris configurada a los designios de un dios voraz. Cruce de miradas. Calas recogidas como hamacas. Bon appétit. Una melena suelta a la brisa del aire acondicionado. Excuse me, I speak very little english. Un trago de coca-cola a tu salud. Me gustas. Tu mirada sobre mí. Cóctel de medianoche. Chóferes polacos y guías escoceses, un suizo perdido en Benidorm. Lo sé, esto es Mallorca. Nice to meet you.

¿Cómo te gustan mis ojos, solos o con rimel? Podría pasarme un día entero mirándote. Oh, yes, yes. Azul. ¿Veintitrés, venticuatro? No lo sé. Que le quemen la tienda al australiano. Pure pleassure. Loewe, Madrid. Veinte, aquí y ahora. Shall we dance? Preguntas, respuestas, impresiones, una gargantilla de miradas. Do you like me? Tocar hasta la última fibra de su piel como las cuerdas de una guitarra. Crujiente, visceral. Con lentitud melódica, un recuerdo en una botella, ni siquiera sé tu nombre.

Una lluvia fina para empapar las calles. Una canción triste para cuando estás solo.

I love you.

Mallorca Island

Mañana inicio viaje a Mallorca; volveré el Miércoles tarde-noche de la semana que viene, así que por unos días estaré solazándome en la superficialidad balear. Me gustaría empezar a decir cosas y despedirme felizmente de mucha gente, pero ¡ay! No puede ser, no hay ganas de escribir ni muchas cosas que decir, sólo que pienso pasármelo lo mejor posible y olvidar muchas cosas. Hemos dejado atrás Septiembre y ya estamos en Octubre. Como dije, en Septiembre se rompen demasiadas cosas, ahora sólo queda comprar otras nuevas.

Eso significa que mi vigésimo cumpleaños (este Jueves) lo pasaré disfrutando de las vistas mallorquinas, y brindaré con una caipirinha a la salud de mis amistades y no se apuren, que algo montaré para el Pilar.

Volveré.