agosto 02, 2006

Au revoir, Ourense

Hora de irme, de abandonar estos parajos, adiós en general. No, no descorchen aún el champán, no pienso cerrar el blog, simplemente me escapo secuestrado hacia la Tierra de los Sueños Rotos (ver en anteriores desbarres, en este mismo blog), una vez más, por tiempo indefinido (si se cumplen las expectativas, diez días, en en la práctica serán entre 8 y 12, como si lo viera). Por tanto, durante este periodo de tiempo, La Maladie de la Raison y Las Crónicas del Odio guardarán obligatorio silencio en mi ausencia tan poco lamentada (no finjan, que les conozco).
Tampoco es que me apasione el viaje, no se equivoquen. No le llamo la Tierra de los Sueños Rotos por amor al arte, ni me llama demasiado la posibilidad de estar con el señor Cortamanos, noble especímen de psicópata castellano castizo, hermoso representante del español profundo, cañí y olé. Pero a cambio, espero resarcirme solazándome en los monumentos de ciudades de la geografía de esa tierra que no puede ver el mar.
Así que sólo me deseo pasármelo lo mejor posible.
Les echaré de menos, gente. Hasta pronto.