El Elegido (Descartes Cezánne)
Hay que tocarse los huevos con alguna gente. Hay "personas" cuya máxima en la vida parece ser dedicarse a joder a todo bicho viviente, y encima sin estilo. Te miran con cara de perdonavidas cuando no son más que matasietes venidos a menos con algún trauma sin duda debido a que se cayeron de la cuna cuando eran pequeños, que pretenden hacerse pasar por los mejores del mundo en todo lo que hagan (y no hagan). Son puto ganado enfermo que se dedica a joder de muchas formas. Y lo peor de todo es que de toda la caterva de individuos malhadados que conforman la chusma más radical al Otro Lado del Missisipi hay algunos que refulgen por su total y absoluta decadencia petardera.
Él es uno de ellos. Ya desde que tuve la puñetera desgracia de conocerlo (y es que el pasado siemore vuelve) era un gilipollas de museo que miraba a todo el que le rodeaba (salvo a su lameculos particular con contrato indefinido) con superioridad, con esos ojos vidriosos de adicto, como si se burlara de la creación con su sola presencia. Probablemente a los más asiduos de mi blog el nombre de Descartes Cezánne le suene puesto que aparecía nombrado hace algún tiempo en los Premios Puñitzer 2005. Hasta que no haya un nuevo certámen, tendrán que esperar que regrese alguna de sus perlas, pero realmente creo que es hora de decirlo.
Es idiota. Integral.
Mejor dicho, aunque dudo que llegues a leer esto (pero me importa una mierda si algún día apareces en mi blog): eres idiota. Integral.
¿Qué porqué?
Tienes la puta manía de no saber cuándo callarte. Eres absolutamente incapaz de captar una indirecta, te la diga quién te la diga. Da igual que quieran que te largues, que te calles o que te tires del puente. Sigues dando la brasa con tus aires de V.I.P como si fueras el puto centro del universo. Eres absolutamente incapaz de reconocer tus errores y si alguien realmente te encara con uno, le echas la culpa a otro: la cosa es nunca pringarte.
No sabes defender tus ideas; cuando alguien te las rebate, podría aparecer Dios en persona para darle la razón que seguirías ignorándole. No sabes argumentar más que gritando, haciendo gestos y aspavientos propios de un epiléptico compulsivo y si no están de acuerdo con tus ideas, las impones como sea. Y no te das cuenta de que nadie te da nunca la razón porque estén de acuerdo contigo. Sino porque están hasta los cojones de tus pataletas de niño pequeño y prefieren darte la razón antes que seguir aguantando tus estupideces. No eres el único que tienes problemas y sinceramente, los tuyos nos dan igual. Métetelos por el culo y disfruta con ello.
Crees que quién no esté contigo está contra ti. Que quién no te alabe es un imbécil. El que no sepa algo, cualquier cosa, aunque tú mismo no sepas qué cojones es es un ignorante. Eres tan técnico que eres incapaz de asimilar que las cosas fallan a veces. No, la culpa es de otro siempre. Tú no cometes errores. El mundo no comete errores. El resto de los mortales comete errores y son subnormales porque no son como tú. Confundes el amor propio con la egolatría. Para tí todo el mundo (menos tú) son una panda de ególatras. Pues tú eres un egocéntrico escarbamierdas que crees que lo sabes todo.
Y me das por culo, chaval.
Deja de comportarte como un niño pequeño cruel, con sus pataletas, caprichitos y lloros de cocodrilo. ¿De verdad has cumplido la mayoría de edad? Pues ya va siendo hora de que aprendas que eres de lo peor y como no mejores, al final te vas a encontrar con alguien que no tenga paciencia contigo y te va a dar las dos ostias que todos deberíamos haberte dado ya. Yo no sé que cojones debes de tener en tu cabeza para que tengas el rostro de reírte de los demás si algo le sale mal y si a tí te falla cualquier cosa en tu ordenada y magnífica vida tengas que escupir al cielo, insultar al cristo y reaccionar como un maníaco sin camisa de fuerza.
Asume que no lo sabes todo, que puedes equivocarte, que no tienes la verdad absoluta, que tu vida nos da igual, que no eres quién para burlarte de nadie por nada. Deja de presumir y después decir que eres humilde. Eres un puto capullo.
Voy a decírtelo así de claro: por mucho que digas, jures y perjures las tías pasan de tí. Mírate al espejo y pregúntate porqué. Quizás porque las espantas con tus aires de "nena, soy demasiado para tí" que discúlpanos, no convencen a nadie; por mucho que insistas nadie te soporta de verdad, sólo te aguantan (lo que no sé es si por pena o porque no le des la brasa con las malas personas que son); y te aviso. Cambia de una puta vez, porque la gente se está cansando de tus chorradas y te vas a encontrar con que un día te las van a devolver todas juntas. Eres lo peor: tu agresividad, su egolatría, tu orgullo estúpido y tu absoluta falta de empatía (parece mentira que seas humano) lo único que ha hecho es que nadie te aprecie.
Y me la suda que nunca vayas a leer esto, aunque estoy seguro de que en el fondo sabes lo que el mundo piensa de tí. Pues vete reaccionando, chaval. Madura.
Y por el amor de Dios. Aprende a escribir.
Él es uno de ellos. Ya desde que tuve la puñetera desgracia de conocerlo (y es que el pasado siemore vuelve) era un gilipollas de museo que miraba a todo el que le rodeaba (salvo a su lameculos particular con contrato indefinido) con superioridad, con esos ojos vidriosos de adicto, como si se burlara de la creación con su sola presencia. Probablemente a los más asiduos de mi blog el nombre de Descartes Cezánne le suene puesto que aparecía nombrado hace algún tiempo en los Premios Puñitzer 2005. Hasta que no haya un nuevo certámen, tendrán que esperar que regrese alguna de sus perlas, pero realmente creo que es hora de decirlo.
Es idiota. Integral.
Mejor dicho, aunque dudo que llegues a leer esto (pero me importa una mierda si algún día apareces en mi blog): eres idiota. Integral.
¿Qué porqué?
Tienes la puta manía de no saber cuándo callarte. Eres absolutamente incapaz de captar una indirecta, te la diga quién te la diga. Da igual que quieran que te largues, que te calles o que te tires del puente. Sigues dando la brasa con tus aires de V.I.P como si fueras el puto centro del universo. Eres absolutamente incapaz de reconocer tus errores y si alguien realmente te encara con uno, le echas la culpa a otro: la cosa es nunca pringarte.
No sabes defender tus ideas; cuando alguien te las rebate, podría aparecer Dios en persona para darle la razón que seguirías ignorándole. No sabes argumentar más que gritando, haciendo gestos y aspavientos propios de un epiléptico compulsivo y si no están de acuerdo con tus ideas, las impones como sea. Y no te das cuenta de que nadie te da nunca la razón porque estén de acuerdo contigo. Sino porque están hasta los cojones de tus pataletas de niño pequeño y prefieren darte la razón antes que seguir aguantando tus estupideces. No eres el único que tienes problemas y sinceramente, los tuyos nos dan igual. Métetelos por el culo y disfruta con ello.
Crees que quién no esté contigo está contra ti. Que quién no te alabe es un imbécil. El que no sepa algo, cualquier cosa, aunque tú mismo no sepas qué cojones es es un ignorante. Eres tan técnico que eres incapaz de asimilar que las cosas fallan a veces. No, la culpa es de otro siempre. Tú no cometes errores. El mundo no comete errores. El resto de los mortales comete errores y son subnormales porque no son como tú. Confundes el amor propio con la egolatría. Para tí todo el mundo (menos tú) son una panda de ególatras. Pues tú eres un egocéntrico escarbamierdas que crees que lo sabes todo.
Y me das por culo, chaval.
Deja de comportarte como un niño pequeño cruel, con sus pataletas, caprichitos y lloros de cocodrilo. ¿De verdad has cumplido la mayoría de edad? Pues ya va siendo hora de que aprendas que eres de lo peor y como no mejores, al final te vas a encontrar con alguien que no tenga paciencia contigo y te va a dar las dos ostias que todos deberíamos haberte dado ya. Yo no sé que cojones debes de tener en tu cabeza para que tengas el rostro de reírte de los demás si algo le sale mal y si a tí te falla cualquier cosa en tu ordenada y magnífica vida tengas que escupir al cielo, insultar al cristo y reaccionar como un maníaco sin camisa de fuerza.
Asume que no lo sabes todo, que puedes equivocarte, que no tienes la verdad absoluta, que tu vida nos da igual, que no eres quién para burlarte de nadie por nada. Deja de presumir y después decir que eres humilde. Eres un puto capullo.
Voy a decírtelo así de claro: por mucho que digas, jures y perjures las tías pasan de tí. Mírate al espejo y pregúntate porqué. Quizás porque las espantas con tus aires de "nena, soy demasiado para tí" que discúlpanos, no convencen a nadie; por mucho que insistas nadie te soporta de verdad, sólo te aguantan (lo que no sé es si por pena o porque no le des la brasa con las malas personas que son); y te aviso. Cambia de una puta vez, porque la gente se está cansando de tus chorradas y te vas a encontrar con que un día te las van a devolver todas juntas. Eres lo peor: tu agresividad, su egolatría, tu orgullo estúpido y tu absoluta falta de empatía (parece mentira que seas humano) lo único que ha hecho es que nadie te aprecie.
Y me la suda que nunca vayas a leer esto, aunque estoy seguro de que en el fondo sabes lo que el mundo piensa de tí. Pues vete reaccionando, chaval. Madura.
Y por el amor de Dios. Aprende a escribir.
posted by La Maladie de la Raison at 3:09 p. m.
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