enero 18, 2006

[CENSORED]



No, tranquilos, no se asusten. No voy a publicar nada que pudiera hacer que sus mentes se retuerzan dentro de sus cráneos o que su corazón cobre vida propia en un vano intento de desgarrarse de sus pechos entre alaridos de terror. No pienso despertar sus perversiones más oscuras, ni hacer que sientan la fría mano de la muerte recorriendo sus frágiles cuellos. No, no me atrevería a hacerlo nunca, porque me censurarían por ello.

Realmente, el hecho al que me refiero es una absoluta gilipollez, una nimiedad a la que no debería darle la mayor importancia y que no debería haber sido más que un chiste malo del que olvidarse diez minutos después. Pero no lo ha sido. Debería ponerles en antecedentes.

Además de este, mi espacio privado donde doy rienda suelta a todos los fantasmas que pueden acosarme desde mi atormentado y gótico interior, poseo (como quien posee cuentas en Suiza o chalets en la Costa Brava) otros dos blogs: El Ruido y la Furia, que comparto con mi insigne colega y muy apreciado Joseph K. y que espero pronto vuelva a reabrir, y Vuelva usted mañana, alojado en la misma página (temporalmente deshabilitada por problemas en el servidor). Cuando abrí Vuelva usted mañana quise dejar claro que no iba a cortarme un pelo en todo lo que expresara, era un blog absolutamente ácido con el objetivo de no dejar títere con cabeza y hacer una crítica tan mordaz como maleducada que resultara, aunque incluso constructiva, principalmente inquisitorial, si me disculpan el término.

Realmente no levantó tanta polémica como las mentes más fantalistas pensaban. En la web (un club literario) donde estaba alojado el susodicho blog, la dirección del club dejó claro que no tenían nada que ver con las opiniones vertidas en los diferentes blogs allí alojados y que cada blog eran responsabilidad exclusiva de cada usuario. Desde esa perspectiva, quise formar el blog basándome en un humor ácido, desagradable, incordiante y sobre todo, expresivo, tratando temas serios desde una perspectiva de humor y desenfado sin tener que dar aburridas chácharas de crítica social. Para qué otro blog serio y aburrido donde algún desganado y pobre diablo escribía como si estuviera colaborando en The Despeñaperros Times. No gracias, quería que fuera diferente. Con humor.

Pero por lo visto, alguien se lo tomó mal. Una mente preclara y profunda que escribió un correo electrónico a la dirección del susodicho club prácticamente pidiendo la retirada del blog de la web por mi "vocabulario incorrecto." Por lo visto, la idea que había tenido de escribir mi blog un poco al estilo de la calle (eso es, con algún 'joder', 'acojonante', 'puta campana de las narices', 'zorrilla suburbana' y un par de tacos más) le había sentado como una patada en sus respetables partes al no menos respetable señor, que casi se muere de una apoplejía al ver como criticaba con toda mi dureza barriobajera al reggaetón, o mandaba a la mierda al puto pesado disfrazado de Papá Noël que me fue persiguiendo veinte metros por una calle céntrica de mi ciudad gritándome publicidad al oído.

Lamento profundamente haber sido tan cruel con mi blog y así obligar a una mente tan sensible como la de mi querido y nunca despreciado lector a leer barrabasadas tan crueles como 'acojonante' (lo repito porque la citó en el citado mail, que aún no me han dejado ver entero, como una muestra de mi vocabulario desagradable y barriobajero). Pero mire usted, señor quién-coño-sea-usted-que-sea. Lamento tener que informarle que hasta hace una semana, creía vivir en un país con libertad de expresión. Y en una página donde hay más de media docena de blogs alojados donde se dicen muchas cosas, y habiendo infinitos blogs por el mundo que critican la sociedad de forma mucho más educada que el mío, si no le gusta cómo escribo, no lo lea. Nadie le obliga a leer mi mierda y sufrir ataques de pánico porque un psicópata como yo ande suelto por España y no lo hayan deportado a Siberia aún.

He querido ponerme en contacto con el susodicho lector pero la dirección del club no ha querido darme su dirección de correo electrónico a pesar de insistir en el hecho de que si él se veía con la potestad de criticarme o tenía cualquier cosa en mi contra, habiendo renunciado al club a la responsabilidad sobre los blogs, debería él hablarlo conmigo, o al menos yo tener la potestad de contestarle. Lamentablemente no ha sido así, y lo único que he conseguido es que me digan con qué nombre está registrado en el foro del club 'para que se lo comente por mensaje privado'. Muy bien, de no ser porque la web en estos momentos está inoperativa, y voy a tener que esperar hasta que las ranas críen pelo para poder charlar tranquilamente con él. Realmente, en el momento en el que me lo dijeron que sentó bastante mal, pero la verdad, bastante tiene el cretino con ser tan delicado.

Juzguen ustedes mismos.

enero 16, 2006

¿Los nombres marcan?

No suelo creer en predestinaciones, hados escritos, astrología, horóscopos, adivinación ni nada que cohíba el libre albedrío del ser humano o que haya determinado su camino, su comportamiento o su línea de la vida. No creo, porque para mí, están faltos de lógica, de pruebas, de tangibilidad.

No obstante, empiezo a pensar en la posibilidad de que los nombres marquen. Me he fijado en ciertas características que unen a las personas que conozco que comparten nombre. A veces son detalles sutiles, pero no deja de ser una curiosidad. Quiero hablar de personas que conozca cuatro o cinco o seis casos, suficientemente separados como para que realmente pueda pensar que comparten alguna característica común. Por ahora, parece que al menos hay "algo". Curioso, muy curioso.

Supondré que nadie se ofenderá por lo que aquí escriba, y quizás muchos estén en desacuerdo, o quizás me equivoque. Quién sabe, sólo es una impresión a la que he dado algunas vueltas. Pondré algunos ejemplos.

David. Todos los que conozco con este nombre se caracterizan por tener una forma de ser ligeramente a contracorriente que les hace diferentes a los que le rodean. No es que compartan fachadas o formas de actuar, pero todos los que conozco que así se llaman tienden a ser diferentes, a tener algo que llama la atención, algo que es hace divergentes.

Sara. Es curioso, pero empiezo a pensar que este nombre está marcado por una personalidad que tiende a lo histriónico (ojo, no tiene nada que ver con histérico). Son personalidades muy llamativas, caracteres ligeramente infantiles que tienden a ser un vaivén de energía continuo (incluso, explosiones de energía) con inquietudes muy particulares y con una forma de ser que tiende al "no parar".

Javier. Es un nombre que implica decisión, terquedad y cierto lado radical. O muy radical, en algunos casos. Son personas que se comportan de forma distinta a como se esperaría de ellas, y que demuestran ser una caja de sorpresas. Tienen un guiño travieso curioso, y una personalidad muy formada (y testaruda) hasta el punto que son capaces de echar los bofes contra todo hijo de vecino con una elegancia... única.

Judit. Todas, absolutamente todas, tienen ralladuras sentimentales dignas de museo. Todas comparten el potencial de ser personas encantadoras y el mismo potencial de tener desengaños amorosos de esos que te hacen estarte llamando tont@ todo un año. El terreno de las relaciones es territorio comanche para ellas. Es increíble la dicotomía de su carácter. Son personas con enormes potenciales sociales sin explotar que siempre, siempre, parece que han tomado la decisión equivocada.

Pablo. Tienden a tener una parte de sí muy introvertida, incluso en varios casos hay un incipiente miedo al rechazo que lleva a desarrollar ciertos aspectos del yo de forma individualista. Tienen ideales (buenos y malos, según la persona) muy definidos y propios, que les llevan al progresismo, al intercambio o al radicalismo. Son personas con carácteres muy únicos que comparten líneas generales entre sí, pero difieren en su forma de expresar o de pensar sus propios ideales.

Son sólo algunos ejemplos, quizás me equivoco, o no se sido suficientemente claro. Pero a mí me resulta curioso. Y yo me pregunto, ¿los nombres marcan?