Afternoon Coffee

"Me han dicho que ahora estás saliendo con ella. Supongo que debo felicitarte, por haberla cazado. No es fácil, me cuentan por ahí. Eso dicen todos. Eso dicen. Tiene un buen culo, prieto, agradable para azotarlo, ¿verdad? Con ese aspecto de estudiante inocente, he sido mala, pégame. Un doble de moka con leche condensada y nata, por favor. Me dicen que tengas cuidado con ella, es como tener salitre en los labios.

¿Y cuando te la follas, gime o grita? Le pega gemir, apretando los dientes y cerrando las manos apretando las sábanas, tirando de ellas, hasta que le pegues, y grite, grite hasta quedarse afónica. Reconócelo, pícaro. Tirarle del pelo, y pellizcarle, y escupirle. ¿No era eso lo que siempre quisiste hacer? Que sepa quién es su amo, quién la encierra en su jaula para protegerla del mundo peligroso que existe ahí fuera. ¿No le gusta por el culo? ¿Mi consejo? Vaselina. Mucha vaselina. Y con calma, no sea que se asuste. Controla el instinto, y dale tiempo para que no se escape.

Por cierto, ¿sabes que tiene novio? Sí, eso me dijo. Un buen tipo, creo. Valenciano. O igual era catalán, no estoy seguro. Se conocieron estando de vacaciones y surgió el amor. Un amor puro, y casto. Por eso necesita que un machote como tú le dé caña. Oh, me dieron un recado para tí. Que no le toques el pelo, no le gusta, y se pone nerviosa. Por eso te preguntaba si le quedaba bien el pelo corto. Para que no haya problemas, sería una tontería fastidiarlo todo por un detalle así. Y te voy a dar un consejo: le da morbo el arte religioso, se calienta como una perra con él; otros tienen fantasías con obesas, o con perros, o con famosas. Ella se sofoca con arte religioso, angelitos rafaelitas y vírgenes envueltas en seda semitransparente. Para que luego digan que los católicos no hacen nada bien.

En fin, tengo que irme, gracias por la invitación. No sé muy bien que más decirte. Así que aprovecha el momento, que la carne picada siempre se acaba pasando en la nevera, y no veas lo mal que huele. Con ánimo de ofender."